El Ejecutivo al minuto
Es un resumen del libro del Ejecutivo al minuto, hace mucho que no recomendaba un libro.
Vale la pena leerlo, es un método práctico de 3 pasos que te ubica en el camino correcto para despertar el potencial de los subordinados, elevado la productividad y tus resultados gerenciales.
RESUMEN EJECUTIVO
Las personas satisfechas de sí mismas, logran mejores resultados.
La productividad presupone calidad y cantidad.
Este método consta de tres sencillas reglas para convertirse en un Ejecutivo al minuto.
En realidad nadie trabaja para nadie más. Solo ayuda a tus subordinados a trabajar mejor, esto beneficiará a él y la empresa.
1.- Objetivos de un minuto.
El mejor método para obtener resultados es con la colaboración del personal.
Se debe formular un objetivo de un minuto para cada meta.
El colaborador debe identificar los objetivos para resolverlos, en términos medibles.
Enséñele a solucionar los problemas por si mismo.
Resumen.
1. Concreta los objetivos
2. Procura con los medios para la mejor realización
3. Escribir cada objetivo o meta en una hoja, máximo de 250 palabras.
4. Leer y releer cada objetivo hasta entenderlo a la perfección.
5. Dedique tiempo durante el día para ver avances de cada objetivo.
6. Cerciorarse que las tareas concuerden con el objetivo.
2.- Elogio de un minuto
Ayude a las personas para alcanzar su máxima eficacia. Sorprenda cuando haga algo bien.
Cuando los éxitos de su personal son constantes, usted asciende más rápido en la organización.
Resumen.
1. Diga a su personal que les dará su opinión sobre los avances de los objetivos
2. Elogie inmediatamente cuando haga algo bien.
3. Diga en forma concreta lo que hicieron bien y de qué manera eso beneficia a la empresa.
4. Cállese un momento para que el note y asimile lo satisfecho que usted esta por los resultados.
5. Anímelo a seguir comportándose así.
3.- Reprimenda de un minuto
Reprenda inmediatamente, de forma asertiva, sin ofender y reconociendo lo que si y hace bien.
Cuando de una reprimenda de un minuto, nunca ponga en duda su valía y sus cualidades, así no sentirá la tentación de defenderse. Solo critique el aspecto de su comportamiento que debe corregir. Como persona está bien, lo que está mal es su resultado.
Convierta la segunda parte de la reprenda con un elogio sincero.
Nunca hiera la sensibilidad de la persona reprendida.
Resumen
1. Mencione de antemano que les hará saber claramente si trabajan bien o mal.
2. Reprenda inmediatamente.
3. Diga en concreto lo que realizó mal, demostrado con hechos.
4. Cállese un momento para que note y asimile la insatisfacción de usted.
5. Estreche la mano y una palmadita para que se entere que está de su lado.
6. Recordarle la estima que tiene por el pero no puedes aceptar su trabajo.
7. De a entender que la reprenda ya está dada y que no se repetirá.
El mejor minuto del día es el que invierte en su personal, el segundo en usted.
Casi todos los ejecutivos saben lo que tienen que hacer sus subordinados, pero algunos no se ocupan de explicar para que les quede claro. Dan por hecho que lo saben, sin cerciorarse
Es usual que los “Ejecutivos” se vean erróneamente tentados a demostrar que sorprenden a sus subordinados cuando cometen errores, para ser “bien vistos” como ejecutivos.
Cada uno es un ganador en potencia, pero algunas personas van disfrazadas de perdedores. No hay que dejarse engañar por las apariencias.
Invierte un minuto en examinar tus objetivos, comprobar el rendimiento de las tareas, y la sintonía de tu trabajo con tus objetivos.
La popular y errónea técnica de “déjalo – solo – y – zas” Les damos la bienvenida, les presentamos al personal y los abandonamos a su suerte.
No solo no los felicitamos cuando hacen algo bien, sino que ¡zas! Le damos una regañada para que se mueva, Esto ya no aplica en el ejecutivo al minuto.
No somos solo nuestra conducta, somos, la persona que dirige su conducta.
Aunque te importe y preocupes por alguien, hay que ser duro con él, en relación al error, pero nunca seas ofensivo al reprenderlo.
Si quieres conocer los detalles te recomiendo que compres el libro.
Tu amigo y servidor