¿ Yo... peligroso?

¿ Yo... peligroso?

Hay un dicho árabe que dice: “El hombre feliz nunca es peligroso”. Hoy todos tenemos una nueva encomienda: Contra atacar esa violencia interna de insatisfacción crónica con un estilo de vida más armonioso...menos riesgoso para la salud y sana convivencia. Ser dirigentes, entrenadores, modeladores, comunicadores, facilitadores, desarrolladores de nuevas estrategias internas para la felicidad personal y relacional.

¡Cuántas personas “peligrosas” atentan contra otras, solamente, con su infelicidad¡ Lo triste es que ni siquiera se dan cuenta del por qué se sienten tan solos y aislados. Siguen desestabilizando su mundo interno y, en consecuencia, el externo con sus actitudes.

Para bien vivir, en vez de sobrevivir en nuestra sociedad, la conciencia de víctima no es opción. Ncesitamos adoptar una actitud abierta de continuo desarrollo personal con auto descubrimiento y capacitación. Edificar nuestras vidas con propósitos trascendentales que den sentido al diario vivir. Apoyar a los que nos rodean, a lograr sus propias metas. Hacernos responsables de nuestra felicidad en todos nuestros escenarios de vida.

Para los padres que están en el período de crianza, modelar los hábitos de insatisfacción crónica, mal humor y quejas constantes es abuso psicológico a su familia. El negativismo, desesperanza e infelicidad son conductas aprendidas que se repiten luego, a lo largo de la vida en la vida social y profesional. Los niños infelices están más expuestos a ser influenciados por líderes negativos y a unirse a personas disfuncionales.

La nueva encomienda comienza hoy al reconocer que somos conscientes, inteligentes y libres para ser felices con cambios actitudinales.

• Descubrir el propio potencial único.
Honrar el código de excelencia que Dios ya puso en cada persona.
• Alinearlo a un propósito de vida basado en el amor.
Priorizar, poner a la familia y a la profesión en la perspectiva de valores.
• Automanejarse desde los recursos internos.
Desarrollar la meta inteligencia: cognitiva, emocional, relacional, intutitiva y espiritual.
• Educarse con aprendizaje nuevo para atarvesar los ciclos de cambios con éxito.
Aprender, cambiar, madurar, ajustarse a los cambios.
• Divertirse, reirse y disfrutar más la vida presente.
Sonreir más y criticar menos.
• Amar, rezar, meditar y agradecer.
Dar gracias a Dios por el privilegio de estar vivos para amar.

Dejemos de ser personas infelices "peligrosas" para ser personas aliadas "nutritivas".