Motivados sin impacto
Hoy en día cualquier persona puede hacer un Ironman, ultra-trail de 100km, montar un negocio, crear su propia marca o lanzar un tienda online. Cualquier persona puede escribir un libro, un ebook, lanzar un podcast o idear una APP. Cualquiera puede desarrollar una estrategia en redes sociales, invertir en bolsa, salir al extranjero y hacer que algo suceda o dar conferencias. Cualquier persona puede abanderar una causa humanitaria y concienciar a toda una generación, grabar un vídeo visto por millones de personas o hacer una campaña en Twitter que se vuelva viral y convertirse en TT internacional. Cualquiera puede hacer todo esto y mucho más. Este es el mensaje que es fundamental transmitir. El conflicto ocurre cuando parece que hacer cualquiera de estas cosas no cuesta trabajo, apenas unos días o se hace sólo, o al menos ese es el mensaje que las redes sociales dejan escapar hacia el mundo.
Es cierto, cualquier persona puede hacerlo. Eso queridos amigos y amigas, es la parte que algunas personas o mecanismos te dejan ver, y es cierto, cualquiera puede. Sin embargo, cada vez más frecuentemente únicamente divisamos la parte fácil, pero hay otra parte no vista – o hablada – de esta historia, es el trabajo, esfuerzo, sacrificio, insomnio, frustración, ansiedad, miedo e incluso parálisis que cuesta conseguir cualquiera de estas cosas arriba mencionadas.
En esto Internet es una auténtica delicia, te ayuda a apreciar únicamente la zona bohemia de esto, dejando a un lado todo lo que necesitas para alcanzar el resultado, el trabajo invisible, el que importa.
Internet y social media, la invulnerabilidad de una comunicación perfecta y una liga de falsos héroes, están creando personas muy motivadas e ilusionadas, pero que no ejercen en ninguna clase de impacto en el mundo, no cuentan porque no hacen absolutamente nada importante para contar.