Estilos de supervisión en prevención de riesgos desde el enfoque de orientación a personas y gestión
La supervisión, en una cultura de seguridad, debe al menos estar orientado a dos focos: por un lado, a las acciones técnicas que demanda la gestión preventiva, y por otro, al bienestar de las personas que integran la organización. Si bien estas dimensiones de supervisión no son nuevas, lo interesante es poder aplicarlos en el contexto de una gestión preventiva técnica y humana, en la que nuestros supervisores cuenten con una fuerte orientación hacia ambas, determinando un tipo de liderazgo “integral” (Orientación a las personas y a la gestión técnica preventiva o P+ G+)
Considerando que puedan existir muchas otras clasificaciones, con las dimensiones antes mencionadas, podemos obtener cuatro estilos de supervisión tal como lo muestra la siguiente matriz:
Cada uno de estos estilos (Reactivo, Complaciente, Burocrático e Integral) posee las siguientes características:
Estilo Reactivo (P-G-): Se caracteriza por ser un supervisor que cumple con los aspectos mínimos de su trabajo, sin demostrar interés por ninguna de las dos dimensiones. Se encuentra distanciado de las personas y tienen un bajo o regular desempeño generalmente porque se encuentran desmotivados, aun cuando en algunos casos simplemente no dominan las técnicas de la gestión preventiva ni de psicología aplicada a la prevención, lo que es más fácil de solucionar. Son muy reactivos en cuanto a las actividades que deben realizar: participan y hacen aportes cuando se los solicitan, pero no se esfuerzan por la mejora continua. Tienden a culpar a los demás de los errores o a pasar por alto más acciones imprudentes mientras no le afecten directamente.
Estilo Complaciente (P+G-): Este estilo tiene una fuerte orientación a las relaciones interpersonales, dejando de lado las orientaciones técnicas de la gestión preventiva, es decir, privilegia los vínculos con los demás por sobre la aplicación de normas, las exigencias o las acciones que la gestión preventiva requiere se apliquen. Genera climas de compañerismo y de camaradería, incluso traspasando los límites laborales hacia los sociales y familiares. Muchas veces tienden a crear lazos de amistad con sus colaboradores que les impide hacer exigencias en materia de seguridad o aplicar sanciones.
Estilo Burocrático (P-G+): Los supervisores burocráticos concentran su energía en el cumplimiento de las normas y sistemas, dejando de lado las relaciones interpersonales o los vínculos positivos con los trabajadores. Se enfocan en las metas, en los números, en los gráficos. Generalmente no escucha y por ende no considera la opinión de los demás. Puede no entender el comportamiento inseguro y sus causas, o incluso quizás no le importa, ya que “el fin es más importante que el proceso”. Suele culpar a los demás por los accidentes, por no seguir los procedimientos como lo indica el sistema, sin hacer un análisis de las causas subyacentes. Los errores son de las personas porque “son porfiados”, o porque no están a la altura del sistema. Si bien su gestión tiene resultados, es posible que no sea percibido como un verdadero líder y genere resistencia entre sus colaboradores, a modo de tensión o agresión pasiva. Logra sus metas generalmente por imposición.
Estilo Integral (P+G+): un estilo integral posee un equilibrio que le permite poner en práctica el sistema de gestión preventiva de la empresa en un grupo de personas que lo valoran y consideran líder, ya que ha generado vínculos positivos, se muestra firme pero amable, siendo consecuente con el propósito de generar entornos seguros de trabajo con buen clima. Es capaz de lograr la transformación de los demás a través del convencimiento y la persuasión, más que por imposición.
El siguiente cuadro hace una comparación entre los distintos estilos de supervisión
Debido a la relevancia de la supervisión en todos los modelos de gestión preventiva, es clave identificar el estilo que caracteriza de mejor forma a nuestros mandos medios y tomar las decisiones y acciones que nos permitan contar con jefaturas integrales. ¿Qué tipo de supervisores quieres en tu empresa?