¿Cómo lograr que las cosas pasen?

¿Cómo lograr que las cosas pasen?

 Uno de los desafíos que todo Gerente tiene es la de lograr resultados a través de los demás.

Todos conocen ya la frase que sostiene que existen 3 clases de personas. Aquellos que preguntan “¿Qué pasó?” los que miran lo que pasa … … y aquellos que hacen que las cosas pasen.

Ahora bien, existen diferentes medios de lograr que las cosas ocurran. Veamos el siguiente video: Video

Dejando de lado el humor, ¿Cuál será el medio que vos elegirás para ello?

Una de las posibilidades que tenemos a mano es el miedo.

Admitámoslo. Durante gran parte de nuestra vida el miedo nos ha acompañado. En efecto, ha sido un instrumento utilizado en nuestra educación tanto por nuestros padres, maestros y también nuestros jefes.

¿Y saben por qué? Porque funciona! Al menos en el corto plazo, el miedo produce obediencia dado que el otro juzga que algo valioso para él (la estabilidad del vínculo ya sea personal o profesional) podría deteriorarse y perderse.

Pero trae aparejado algunos inconvenientes. Efectivamente, un estilo de conducción fundamentado en el “Mando y Control” requiere de la presencia permanente del “controlador”. Y como dice el refrán:

“No se trata de lo que ocurre cuando estás, sino de lo que ocurre cuando no estás”.

Adicionalmente, el miedo es un tremendo enemigo del aprendizaje, dado que al haber sido enseñados que lo valioso es “saber las respuestas correctas”, no hemos incorporado la competencia de realizarnos preguntas poderosas que nos muevan a la reflexión y desde allí, a nuevos espacios de conocimientos por descubrir.

Finalmente, debemos tener muy en cuenta que si elegimos el miedo, lo único que obtendremos en el largo plazo son 2 comportamientos posibles:

Rebelión o sumisión 

La rebelión se manifestará en aquellas personas que operando desde “el resentimiento”, tenderán a “boicotear” toda propuesta que surja de la Gerencia.

La sumisión será aún peor … dado que si bien parecerá que hay calma y serenidad, éstas serán las del “cementerio”.

Habrán “muerto” todas las iniciativas y las ideas innovadoras que abran horizontes y amplien posibilidades de desarrollo.

Construir un equipo de alto desempeño, sustentado sobre la base de la confianza entre sus miembros y el compromiso con los objetivos compartidos, es un desafío significativo para todo aquel que desee alcanzar niveles más elevados de excelencia profesional, dado que involucra sus sistemas de creencias y valores, como así también su concepción del ser humano en la organización.

Veamos un ejemplo. ¿Qué acciones tendrá un líder desde una emocionalidad de la desconfianza? (que esconde por supuesto el temor a lo que no puede controlar). Podemos desde el mentoring o la capacitación brindarle sugerencias de “n” acciones pero no habrá cambios mientras no revise aquello que lo constituye como “ser” parado en la desconfianza.

Ello implica “mirar” aquellas características que lo constituyen en el observador que es, así como las experiencias anteriores que tal vez siendo “funcionales” en el momento de su aprendizaje, en su vida adulta y particularmente en el ámbito de la empresa se ha tornado “disfuncional”.

En definitiva, aquellos que usan el temor como medio coercitivo para la obtención de resultados tiene más que ver con las propias inseguridades y la no conciencia de que hay otros caminos más efectivos.

Tal como se menciona Fredy Kofman en su libro “La empresa consciente” y apreciamos en la imagen abajo, sino balanceamos la orientación a los resultados con la relación conmigo mismo (bienestar y calidad de vida, cuidado de la salud, etc.), a la relación con los demás (basado en el respeto, solidaridad, honestidad, etc.), éstos resultados no podrán sustentarse en el largo plazo.

En suma, la pregunta que invito a pensar es ¿Qué costos estamos pagando cuando utilizamos el temor y no la construcción de la confianza como forma de lograr que las “cosas pasen”?

El camino de construir una relación basada en la confianza y el compromiso mutuo es posible. Sólo depende de cuándo te decidas a encararlo.

*Nota extraída de la web www.escuelarecrearte.com