Practica el No

Tengo una gran debilidad por la gente que dice no a casi todo. Podría decir que admiro a esa clase de personas. Ocasionalmente coincide ser la gente que más éxito tiene en la vida (sea cual sea el significado de éxito para ti).

Es justo
Digamos que por doscientas veces que he recibido un sí, dos mil fueron un no. Invitaciones rechazas, colaboraciones en proyectos rechazadas, candidaturas para grandes eventos rechazadas, propuestas para nuevos negocios rechazadas, proposiciones algo indecentes rechazadas también. Hace dos semanas rechazaron una entrevista conmigo. La semana pasada quise reunirme con alguien y fui rechazado. Es justo.

“No” es oxigeno
Haces lo que te apasiona y con ello te ganas la vida honesta y dignamente, intentas dominar tu tiempo. Buscas días de 48 horas, ligeras un equipo de grandes profesionales, sigues un estilo de vida equilibrado, pasas el tiempo con tu pareja o familia, encantas a tus clientes, practicas deporte cada día, lees, posees unos hábitos que te llenan y profundizas en tus relaciones personales con amigos y familiares. Sin olvidar todo lo que me podría dejar en el camino.

Quieres ser una persona entregada, intensa y útil. Cuando estás en el camino adecuado, inspiras a otras personas y hasta cambias algunas vidas, tienes una tendencia a maravillar a las personas con las que conectas. Sin embargo, posiblemente no has encontrado una manera sana de establecer limites a tu vida, esa es la razón por la cual frecuentemente te encuentras sobre-comprometido con todos.

Por ejemplo, decides trabajar en 33 iniciativas sociales durante un año, pero al mismo tiempo te involucras en cada causa social que llega a ti. No es cuestionable hacerlo, claro que no, que ser tan valioso como puedas para otras personas, aún así, ceder demasiado tiempo a otras personas significa que vas a necesitar tomarlo de otro lugar, esto prologado te llevará a sentirte bastante ansioso, angustiado y succionado porque siempre llevarás contigo la sensación de que comiste más de lo que podías masticar.

Valor tangible de negocio
Henry Ford solía decir que cuando tenía un problema en sus factorías al hombre más ocupado de todos y lo pondría a trabajar en solucionar el problema. Hay sabiduría aquí, esta gente ocupada (realmente) está comprometida porque son buenos en lo que hacen, son innatamente competentes y eficientes. Cuanto más competente te vuelves en la vida más te demandará el mundo.

La capacidad de decir un contundente “no” es la clave. Warren Buffet dice “necesitamos ralentizar el ‘sí’ y acelerar el ‘no’” Seth Godin dice “no trabajes para todo el mundo, hazlo solo para unos pocos” o “esto no es para ti”.

Las personas que dominan la claridad del saludable, rápido y definitivo no, hacen más, llegan a más, lo hace mejor y son más felices. Conoce tus límites. Una vida saludable de negocio demanda un sentimiento constante de márgenes. Para mí mismo, nunca he sido una “persona encantadora” para todo el mundo, solo que al tiempo ha sabido canalizarlo todavía mejor. Quiero estar en muchos los sitios, aprender de todo lo que puedas, hacer de todo lo que me apasiona, colaborar con la gente que me encandila, amar a los que amo, trabajar para unos pocos clientes, contar mi historia solo a quien resuene con ella, continuar ganándome la vida sin ser esclavo de nadie, aumentar los ingresos en un porcentaje que sé que puedo alcanzar, ser exitoso para mí, no para el mundo. La habilidad de decir un apropiado, agradecido (y a veces crudo) “no” es un valor de negocio (y vida) tangible, y a la misma vez es una habilidad núcleo y un componente esencial de la ultraproductividad.

Violencia contra ti mismo
Cada día veo personas que no llegan a nada por querer llegar a todo. Al menos no llegan a casi nada de lo que pretenden. En un sentido extenso, hay una vitalidad agradecida e incluso amor en dominar el apropiado no. El compromiso excesivo es inapropiado y casi siempre lleva a un acto de violencia contra uno mismo. Necesitas decir no al penúltimo para hacer bien aquello que venga en último lugar.

El ritmo frenético, la conectividad online y la presión de la vida moderna es una forma, quizá la forma más común, de su innata violencia. Permitir a uno mismo rendirse a demasiadas peticiones, a responder demasiados emails, atender a demasiados contactos anónimos, a comprometerse uno mismo con demasiados proyectos, querer ayudar a todo el mundo en todo, es sucumbir a la violencia. Más que eso, es cooperación en la violencia.

Hoy la economía, tu negocio, el mundo y tu propia vida, suplican por “no”.