El reloj de arena

El reloj de arena

 Vivo con la creencia de que necesitamos un reloj de arena, ese que indica cuanto tiempo nos queda en la tierra. Ese que decide el día que empieza y acaba la existencia de cada uno de nosotros. El que realmente marca los latidos del corazón, el compás del trabajo, la realización y cualquier cosa que imaginemos. Es la brújula que indica a que dirección deberíamos apuntar dado el tiempo que queda restante.

Aquí viene la parte que en muchas ocasiones me parte el corazón, vivimos ignorantes a que sí existe ese reloj de arena (esté escondido donde esté escondido). Ahora la parte inquietante e incomprensible, no solo vivimos ignorantes a ello, sino que miserablemente pensamos que vamos a vivir para siempre. Esa es la razón por la cual pasamos el tiempo preucupándonos por lo que todavía no hemos conseguido, por lo que dejamos escapar, por aquello que nunca llegamos a lograr o por lo que otros han conseguido y nosotros no. Vives enamorado de un futuro que nunca parece llegar, y que adivina, nunca llega. Entonces, sin previo aviso, el reloj consume su último grano de arena y toca dejarlo todo y marchar, involuntariamente.

Pienso, con toda mi fuerza, que deberíamos vivir con ese reloj de arena para saber cuanto tiempo resta, no para frustrarte y perder los nervios, no. Sino para hacer de ese tiempo la hazaña más increíble jamás contada, para vivir una vida plena en toda su magnitud, para acabar con las lamentaciones, prejuicios y complejos y traer ante nosotros ese genio que hay dentro de ti.

Respóndete a esta pregunta ¿cómo harías lo que haces si te dijera que te quedan dos años en el reloj de arena? ¿Seguirías trabajando en la empresa que trabajas si te dijera que el reloj te da para cinco años? ¿Llevarías el estilo de vida que llevas si al mirar el reloj te dieras cuenta de que en diez años todo acabará? ¿Cómo sería tu mundo si solo tuvieras dos meses entre nosotros?

Ahora ve y haz justamente eso que estás pensando y que por alguna razón no has hecho todavía. Toma responsabilidad por el tiempo que te queda en tu reloj de arena, forja una leyenda digna de ser recordada y honra a aquellos que no tuvieron opción de considerar esto.