Tres Razones por las que no Concretas tus Metas

Tres Razones por las que no Concretas tus Metas

La mayoría de las personas y organizaciones tienen excelentes ideas, intenciones y proyectos. Pero son sólo algunos pocos los que logran concretar sus objetivos. ¿Qué está impidiéndote concretar tus metas? Probablemente, alguna de estas tres razones:

 

No tienes planificación. La diferencia entre una utopía y un logro es una buena planificación. Planificar implica:

  • Distinguir las tareas o pasos específicos que son necesarios cumplir para alcanzar tu meta.
  • Asignar un tiempo específico en el que vas a completar cada una de esas tareas.
  • Contar con puntos intermedios para rever el avance de tus proyectos.
  • Tener la disciplina de continuar definiendo tareas que necesitas cumplir y los tiempos en los que las harás.

La planificación es vital para cualquier tipo de logro y, sin embargo, muy pocas personas son efectivas y/o son consecuentes con ella. Una planificación funciona si la haces y la sigues, es el método por el cual grandes ideas se vuelven una realidad. La planificación necesita de disciplina, y ésta puede aprenderse. Busca herramientas, capacitación y Coaching que te apoye a entrenarte en esta habilidad esencial rápidamente.

 

Tus creencias no se alinean con tu objetivo. Una creencia es una visión personal acerca de cómo las cosas son o cómo las cosas funcionan. Es el conjunto de reglas que has dispuesto para tu vida basado en las experiencias y la educación que has tenido. Tenemos básicamente, dos tipos de creencias: las leyes y los teoremas. Las creencias tipo ley son aquellas que establecen una regla general acerca de la realidad, por ejemplo “Para triunfar es necesario trabajar duramente”. Las creencias tipo teorema son las que establecen una relación entre situaciones y sus resultados, son aquellas del tipo “si A, entonces B”, por ejemplo “Si entregas confianza a las personas, éstas se abusan”. ¿Son ciertas estas creencias? Pues, lo son para quién las cree. Y ese es justamente el punto. No son necesariamente “La Verdad”, pero si son tú verdad, entonces determinarán tu vida. Por ejemplo, si crees que las personas son abusivas, será difícil para ti entrar en confianza, y tu auto- convencimiento tiene grandes posibilidades de convertir esa creencia en una realidad. Si andas en la búsqueda de cierto objetivo, te invito a revisar cuáles de las creencias que sostienes te limitan a lograrlo. Digamos que quieres mejorar la relación con tus colegas, y tienes creencias como “es muy difícil hablar con ellos”, “nunca me escuchan”, o “es imposible generar un cambio en ellos”. Estas creencias claramente te impedirán o dificultarán enormemente concretar tu meta. Observa tus creencias, para lograr tu objetivo, necesitas imperiosamente abandonar las creencias que te limitan e instaurar creencias que te apoyen a ir a donde quieres.

 

Asocias tomar acción con dolor. Los logros se construyen con acciones. Punto. Para crear un cambio, o concretar objetivos, necesitas hacer. El movimiento y la acción concreta son la clave. Por eso necesitas planificar, para asegurarte de concretar acciones. Pero, generalmente el paso de tomar acción es el que más cuesta a las personas. Lo veo continuamente en las personas con las que trabajo: siempre encuentran buenas excusas para no tomar acción. Y crean excusas porque quieren evitar lo que todo ser humano quiere evitar: el dolor. De alguna forma, han asociado la idea de “hacer” con “dolor”. Creen que va a ser difícil, que pueden fracasar, que pueden quedar mal… asocian una emoción dolorosa con el hecho de moverse. Piensa en algunas de las acciones que has estado postergando… ¿qué dolor asocias a completar esas acciones? ¿Te sientes en riesgo, tienes miedo, crees que te juzgarán, no quieres que algo salga mal, te da vergüenza? ¿O tal vez temes que resulte bien? ¿Qué es lo que te frena a actuar? Identifica el dolor con el que asocias la acción y busca información que te haga saber que esa es tu imaginación, no la verdad. La verdad es que hay más dolor asociado con permanecer donde te encuentras, inmóvil, que con correr el riesgo de experimentar algo nuevo. Cuando te mueves, creces, cuando te detienes, te contraes.

 

Comienza hoy por un simple cambio, que te ponga en camino de lograr tus objetivos. Puede que asegures un tiempo para planificar, o que tomes cinco minutos para observar tus creencias… lo que sea que elijas, elige hacer algo. Todo gran logro comienza tan sólo con un simple paso… pero es un paso que es necesario darlo. ¡Tómalo ahora!