Ética Organizacional, cuestión de comunicación

Ética Organizacional, cuestión de comunicación

 Cada vez se habla más de la importancia de la comunicación como una estrategia para garantizar la estabilidad y perdurabilidad de una organización, como herramienta fundamental para alcanzar sus objetivos estratégicos, como medio para mantener a los empleados más satisfechos dentro de ella y fortalecer así la cultura organizacional, el sentido de pertenencia y la motivación. Sin embargo, todos estos beneficios no mencionan de forma alguna, las necesidades éticas y la importancia de los valores dentro de la empresa. Cada día me convence más la idea de que la ética organizacional o empresarial debe ser parte de la gestión de intangibles que por lo general recaen en la comunicación. Por lo tanto, Hoy aprendemos juntos compartiendo con uds los escritos de mi estudiante Dolly Martinez y la pertinente relación que hace de los valores y la cultura organizacional como asuntos de la comunicación. Los dejo con su escrito…

Diversos autores mencionan la satisfacción de los empleados como uno de los marcadores más importantes a la hora de aumentar la eficiencia y el sentido de pertenencia a la organización. Aunque el comportamiento ético no genera un valor directo sobre el producto o servicio final de una organización, sí afecta en gran medida la percepción que tienen los trabajadores de la compañía (y por tanto, su motivación) así como la percepción que el público externo tiene de la misma, la cual influye en la adquisición de dicho producto o servicio. Así que la ética señores, si constituye un valor fundamental en la percepción de marca.

De igual forma, tanto directivos como empleados deben estar conectados con los objetivos y cultura organizacional, pero su percepción al respecto varía de acuerdo con el rol que cumplen dentro de la empresa: Los directivos, que tienen más influencia sobre el alcance y carácter de los programas de ética corporativa y sobre la integración de la ética con los procesos organizacionales, suelen tener una percepción más positiva acerca de la ética de la organización, mientras que los empleados de niveles inferiores que sienten que su labor es menos importante, enfocan su atención más en su área de trabajo, sienten menos identificación con la organización como todo y muestran actitudes más negativas hacia la organización, incluida la creencia de que a la organización le falta integridad (Dean et al., 1998: 345).

Debido a estas diferencias de percepción, algunos programas de comunicación empresarial fallan: La comunicación no resulta alineada con los objetivos del negocio, no modela las actitudes de los empleados, es reactiva, no se adapta a los diferentes niveles organizacionales, los mensajes adquieren diversos significados por su falta de redundancia, se utilizan mensajeros equivocados, se generan expectativas irreales, se pierde continuidad dentro del plan de comunicaciones quedándose en las etapas iniciales y se hace un uso insuficiente o inadecuado de los recursos.

Para salvar estos obstáculos y asegurarnos de que la comunicación es efectiva dentro de un marco ético, se pueden llevar a cabo diversas acciones:

  • Asegurarse de que la alineación de la comunicación con los objetivos estratégicos busque generar confianza más que resultados;
  • Transmitir a todos los estamentos de la organización lo que se busca con el código ético, no sólo hablando de su importancia, sino implementando estrategias y compartiendo escenarios que le permitan a los empleados resolver dilemas éticos y generar una cultura de apoyo a la adherencia a los estándares éticos (Ethics Resource Center, 2006);
  • Ajustar los mensajes a las situaciones y a los públicos que se pretende alcanzar para evitar la improvisación y la pérdida de información;
  • Asegurarse de que los encargados de transmitir los mensajes son personas cuya actuación regular represente un ejemplo de comportamiento ético y que mantengan sus promesas y compromisos;
  • Buscar los mejores medios para transmitir los mensajes y finalmente,
  • Llevar a cabo todas las acciones comunicativas en el momento oportuno.

La labor de un profesional de la comunicación organizacional consiste en elaborar planes de comunicación que busquen restaurar la confianza, no sólo en la organización, sino en los líderes y en todas las personas que trabajan para ella, en promover verbalmente los comportamientos éticos y generar espacios de comunicación que promuevan los valores institucionales.


De este modo, tanto dirigentes como empleados estarán “en la misma página”, los empleados se sentirán escuchados y respetados y tratarán a los clientes de la misma forma. Esto a su vez, generará más lealtad de parte del cliente y por tanto, más negocios. Un negocio que se comunica internamente con ética, muy probablemente proyectará esa imagen en la comunidad de negocios, buscará mantener buenas relaciones con el gobierno y sus negocios más exitosos: Sin las distracciones y efectos negativos que pueden traer las implicaciones legales de llevar un negocio “éticamente discutible”, la organización podrá concentrar sus esfuerzos en sus empleados, sus productos y sus clientes.

¿Tiene su empresa, su marca o ud mismo, un comportamiento ético? Tal vez puede empezar por revisar su comunicación y los mensajes que, consciente o inconscientemente envía