¿Es lo mismo profesión que vocación?

Con una mirada ligera podríamos contestar que profesión y vocación es casi lo mismo. Sin embargo hay una diferencia de cuantía existencial en esto.

La profesión nos lleva a visualizar el concepto de “ocupación“ u “oficio” o “actividad”,
algo que de una manera u otra hacemos la mayoría de las personas.

La vocación en cambio, nos transmite la sensación casi kinéstesica de “pasión”; de
aquel deseo que empuja a las personas a una “autorrealización” más allá de los
obstáculos y dificultades que se presenten en el camino.

Los propósitos de vida, la fijación de metas y objetivos no pueden desarrollarse si no
van sellados con una pasión en una determinada vocación. Estos dos sentimientos
-pasión y vocación- nos motiva tarde o temprano a ir por la “búsqueda de la excelencia de objetivo”. Quien es portador de una vocación tiene grabado en su conocimiento inconsciente esa sed de excelencia que “marca la diferencia”.

El requisito“sine qua non” de todo emprendedor, de todo exitoso es uno solo: escuchar el llamado de su vocación y dejarlo actuar.

Cuando experimentamos en la vida un “insight” (un darse cuenta) y nos alineamos
con nuestra verdadera vocación, trabajamos y luchamos por ella, empezamos a descubrir en definitiva, nuestro sentido de vida. Y es entonces, a partir de ese momento que nos podemos llamar “exitosos” porque al fin y al cabo podernos dar cuenta de cual es nuestra verdadera vocación, es darnos cuenta de la misión y visión que tenemos en esta vida, razón más que suficiente para sentirnos autorrealizados y felices.