Management, cómo ayudar a otros a salir de su “zona de confort”
Somos “animales de costumbre” dice un refrán, y eso es a grandes rasgos lo que en psicología se conoce como “zona de confort”. Un espacio neutro, sin peligros, donde nos sentimos seguros porque allí prácticamente no necesitamos asumir riesgos.
Cientos de frases circulan a diario en la Web arengando a trabajadores del mundo entero a salir de este estado, sin embargo estudios indican que en algunos casos hace falta un poco más que la determinación personal para lograrlo: concretamente la ayuda de un otro, si lo circunscribimos a las empresas la de un líder.
Las primeras investigaciones sobre el tema datan del año 1976, fueron compiladas y comparadas con otras más recientes por Alasdair White en su libro:”From Confort Zone to Performance Management”, Understanding developement and Performance.
Allí, White explicaba que uno de los puntos clave para comprender la cuestión de este pasaje (de la zona de confort hacia un nuevo comportamiento) radica en la relación existente entre: estrés – ansiedad y motivación. Algo que resulta lógico si pensamos en el hecho de abandonar un lugar conocido para pasar a otro que no conocemos.
El nivel de estrés y ansiedad que experimentamos en la zona de confort es mínimo o al menos muy controlado precisamente por ser un lugar conocido.
Cuando una persona deja este lugar se incrementa su nivel de estrés y por ende el de ansiedad, dado por el temor natural que produce lo desconocido. Por eso resulta fundamental que la exigencia que implicará pueda ser asumida por la persona (y aquí es donde la determinación pierde sentido), ya que si la excediera en lugar de un progreso se produciría una inhibición. No podemos ir más allá de nuestros límites.
Pensémoslo en una actividad deportiva que conlleva -además del psicológico- un progreso físico. Supongamos que una persona acostumbrada a correr 6 km se propone correr una carrera de 15 km en los próximos meses. Necesitará entrenarse, pero no sólo físicamente sino también psicológicamente. Para lograrlo tendrá que dejar una zona segura (sus 6 km) para conquistar una nueva que no es segura (los 15 kms), la motivación (que no conocemos) es un factor que ayudará, también sabemos que de lograrlo quedará una marca positiva en su autoestima. Este es el “premio”, probarse a sí mismo que puede hacer algo que no pensó que podría hacer, que se superó.
No obstante, desde los 6 hasta los 15 kms, atravesará 3 fases resumidas por White y señaladas en el gráfico inferior (figura: 1). La primera (Old performance), representa el comportamiento conocido (zona de confort), los 6 kms con las habilidades y recursos que la persona posee, los cuales necesitará desarrollar para pasar a la siguiente fase. El proceso de pasaje presenta iteraciones y en la parte media (time of great confusión) una zona gris desconocida (aquí se presentan temores, dudas, marchas y contramarchas) hasta que finalmente logre alcanzar la siguiente fase (New performance) en la cual se consolida el nuevo comportamiento, siguiendo con el ejemplo anterior sería llegar a los 15 kms.
La clave durante todo el recorrido radica en cómo el líder ayudará al colaborador en la gestión del estrés que la situación le produce, respetando sus límites y apoyándose en la motivación como una herramienta que le ayudará a movilizar sus recursos para emprender el viaje de un lugar seguro hacia otro desconocido.
Como podemos observar, dejar la zona de confort es una ecuación compleja aunque no imposible que requiere: decisión personal, gestión y mucha motivación.