Descripción, argumento e imaginación (*)
1. Todos los seres vivos se ocupan constantemente de resolver problemas.
2. Los organismos individuales resuelven sus problemas por medio de ensayos provisionales. Estos ensayos consisten en pautas de comportamiento.
3. Las especies resuelven sus problemas al componer de forma provisional patrones genéticos, incluidas las nuevas mutaciones, que se ponen a prueba en la reproducción de individuos. Es aquí donde interviene la selección natural.
4. De acuerdo con nuestro esquema, los nuevos objetivos comportamentales vendrán seguidos de nuevas habilidades, que pueden devenir tradicionales. Si lo hacen, entonces las mutaciones anatómicas que faciliten incluso ligeramente la práctica de nuevas habilidades constituirán una ventaja inmediata y serán favorecidas por la selección natural.
5. Así pues, los cambios comportamentales son más importantes que los anatómicos: estos últimos tendrán éxito sólo si favorecen prácticas culturales existentes y ello significa pautas comportamentales exitosas. El nuevo comportamiento es la punta de lanza primordial de la evolución. Observamos asimismo que en la evolución del comportamiento, los nuevos objetivos preceden a los nuevos medios y deben preceder las nuevas habilidades.
Por tanto, ésta es la secuencia evolutiva típica: primero cambia la estructura de objetivos, después cambia la estructura de habilidades. Sólo entonces cambia la estructura anatómica.
Pero, por supuesto, no afirmo que no pueda pasar nada más.
Mi principal problema consiste en aplicar la teoría evolucionista al hombre. El hombre se distingue de los animales a través de la peculiaridad del lenguaje humano, ya que cumple al menos dos funciones: descriptiva o informativa y argumentadora o crítica. Éstas son las típicas funciones superiores.
La segunda tesis es el poder imaginativo del hombre, ya que junto con la invención del lenguaje descriptivo, también dispone de medios como para “inventar” historias, mitos, etc. Goza por tanto de medios para imaginar imaginativamente y puede desarrollar con ellos una clase totalmente nueva de mundo imaginativo.
Las pinturas fueron durante largo tiempo el único medio de contar una historia de otro medio que no fuese oral. A partir de ella se desarrollaron el lenguaje pictórico y los lenguajes escritos.
Estos lenguajes se pueden considerar como clases de conocimiento subjetivo – esto es, como disposiciones a comportarse de una cierta manera -. Se pueden considerar asimismo como algo físico y objetivo – como herramientas “exosomáticos”, instrumentos desarrollados fuera del cuerpo. Esta última interpretación es evidente para el lenguaje humano: escrito, impreso o registrado.
Según Samuel Butler, en la evolución los animales desarrollan nuevos órganos, mientras los humanos desarrollan nuevas herramientas. En lugar de desarrollar mejores ojos y piernas más veloces, desarrollamos gafas y automóviles.
El desarrollo de la inventiva, el método de ensayo y de eliminación de error presupone un suministro de nuevas ideas. La imaginación incrementa infinitamente este suministro, de modo que el método de prueba y error puede conducir a muchas nuevas clases de respuestas comportamentales, incluida la invención y utilización de herramientas e instituciones sociales. El lenguaje en sí es una institución social y es la base de muchas otras instituciones sociales, tales como las instituciones religiosas, legales y científicas.
El comportamiento y la función conductual siempre van por delante, y esto ha posibilitado en realidad la flexibilidad y la increíble riqueza de los instrumentos humanos.
Versión libre extraída de Popper, Karl R., “El cuerpo y la mente”, 1994. Ediciones Paidós Ibérica, S. As. Barcelona.