6 Claves para gestionar tus errores positivamente

Es común cometer errores estamos desarrollando algo, especialmente si se trata de algo nuevo y trascendente, y como producto de estos errores nos sentimos incómodos, un poco frustrados e incluso con cierta sensación de fracaso.

Sin embargo, si lo analizamos bien, los errores no deberían ser un obstáculo que se interpongan en nuestros objetivos, todo lo contrario, deben ser vistos como palancas que nos lleven a lograrlos.

Cometer errores es parte de nuestro día a día. Aparecen en cualquier situación, en lo sentimental, en lo doméstico, cuando nos relacionamos con otras personas, en el plano laboral… es ahí donde nos suele dar mas miedo cometer errores, porque tendemos a pensar que equivocarnos puede ser interpretado como sinónimo de ineficacia y esto podría generar una imagen negativa que nos perjudicaría en nuestra carrera profesional.

Claves para gestionar los errores

1.- Ser consciente y aceptar que nos hemos equivocado.
Para sacarle partido positivo a un error, es necesario ser consciente y reconocerlo. Esta actitud inteligente y humilde que te ayudará a salir reforzado del trance y a no volver a fallar en lo mismo.

Si no eres consciente de los errores cometidos, perderán su parte didáctica, no te aportarán nada ni te ayudarán a crecer y a hacerte más fuerte.

Los expertos aseguran que solo cuando dejamos de negar nuestros errores y de bloquear nuestras emociones negativas permitiremos que nos influyan también las positivas.

2.- Actitud de aprendizaje
¿Quién consigue lo que se propone siempre a la primera? Cometer errores es algo natural para el ser humano, sobre todo cuando con frecuencia sales de tu zona de confort, es decir, te atreves con cosas nuevas. ¿Cuándo surgen mas errores? Cuando realizas algo por primera vez y te adentras en un territorio inexplorado por ti.

Cometer errores significa entonces que te estás moviendo, que intentas superarte. Si siempre haces lo mismo, es difícil que los cometas. Los errores son normalmente el resultado de nuestra inexperiencia en un campo o contexto, y cometerlos nos permite adquirir los conocimientos y habilidades que necesitamos.

Por otro lado, los fallos nos aportan información muy valiosa sobre nosotros mismos, aumentan nuestro nivel de autoconocimiento.

El que otras personas no los cometan puede significar dos cosas, o que se encuentren en una posición estática y nunca intenten nada, o que ya hayan adquirido los conocimientos o habilidades ante determinada situación.

3.- No repetirlos
Ya que estadísticamente es prácticamente imposible no cometer errores, al menos, intentemos sacarle el mejor partido posible aprovechando la oportunidad para reconocerlo, realizar un análisis, generar un aprendizaje y ganar experiencia.

Si hemos interiorizado esto, estaremos preparados para hacerlo mejor la próxima vez.

4.- Del miedo al error, al perfeccionismo.
Existen personas que cuidan al extremo los detalles convirtiéndose en perfeccionistas, algunas lo hacen por el placer de las cosas bien hechas, otras en cambio, se refugian en el perfeccionismo por el miedo a fallar.

La diferencia entre ambas situaciones es abismal. En el primer caso, el motor es el disfrute, la sensación de logro y la satisfacción personal. En el segundo caso, no solo no se disfruta si no que se siente ansiedad, miedo y deseos de salir corriendo. Con estos condicionantes, el nivel de rendimiento, como se puede imaginar, es muy bajo, y la calidad del trabajo no se corresponde con el esfuerzo realizado.

¿Cuál es el primer paso para vencer el perfeccionismo que te perjudica? La flexibilidad.

5.- No te lamentes y actúa.

¿De qué sirve lamentarse y recrearse en algo que ha salido mal? Analiza la situación y da lo mejor de ti mismo para encontrar nuevas opciones, una vez que las tengas, piensa cómo has llegado hasta ahí y qué harás para que no vuelva a suceder lo mismo.

6.- Da curso a tus emociones
En relación con el error debemos enfrentarnos a dos grandes retos, el primero es aceptar que si queremos éxitos (de cualquier naturaleza: familiar, académico, en nuestro ocio, profesional) erraremos en muchos momentos. El segundo es asumir y aprender a gestionar las emociones que el error lleva aparejadas porque negarlas nos desconecta de la realidad.

Como venimos comentando, en la vida experimentamos una sucesión de errores antes de alcanzar algún éxito. Cuando aceptamos el error y las emociones que provoca: frustración, ira, tristeza… y los dejamos fluir sin intentar suprimirlos, sólo entonces, dejan de ser tus emociones, para ser sólo emociones. Así se disuelven.

Este artículo no busca ser un “elogio al error” o a la autoindulgencia, ni mucho menos, simplemente quiere plantear un modo más saludable y productivo de relacionarse con él, ya que inevitablemente, antes o después, cometeremos errores.

Concédete el permiso de equivocarte. Ser positivo no significa ignorar o quitar importancia a las cosas, sino aceptarlas y asumir sus resultados y las emociones que nos generan.

Como hemos dicho, lo realmente importante de los errores es su enseñanza, cada vez que cometas uno pregúntate ¿Qué has aprendido?


Recuerda que eres dueñ@ de tu vida, convierte tu libertad en valor.


Autora: Isabel Gómez - Consultora y Coach Profesional en Éxito en Femenino www.exitoenfemenino.com .