Los enemigos silenciosos de tu empresa

Una de cada tres empresas en México tiene fugas de dinero por falta de control en sus operaciones que en el 80% de los casos obedecen a descuidos básicos como el desconocimiento del empleado sobre sus labores y el "robo hormiga", indica el socio de Salles, Sáinz - Grant Thornton, Mario Rizo.

Aunque esas pérdidas pueden traducirse en casi 40% de las utilidades, "pasan inadvertidas y suman varias fugas a la empresa, como la transferencia ilegal de clientes y la pérdida acelerada en la participación de mercado", indica el consultor y autor del libro ‘El Sucesor'.

Un gran problema en el campo laboral son los "robos miméticos", explica Mario Rizo. Un ejemplo de esas prácticas es carecer de un análisis continuo de las actividades y funciones realizadas por las diferentes áreas de la empresa para evaluar y mejorar su funcionalidad y la contribución del personal.

Para contar con información detallada se necesita la descripción de puestos, donde se estudian y determinan los requisitos y responsabilidades para lograr determinados resultados. A veces la empresa tiene esta información muy general, pero no la actualiza según las necesidades que surjan ni toman en cuenta a la competencia.

"Hay compañías donde no se diferencia entre lo realmente necesario para el empleado y lo que no se utiliza adecuadamente", explica el consultor.

Otra vía de fuga de dinero es dejar a la deriva las evaluaciones periódicas del personal. Esta herramienta permite valorar si se cuenta con los recursos humanos aptos para los puestos que conforman las diferentes áreas de la organización.

Como sucede en una casa, las oficinas también tienen fugas de dinero. Por ejemplo, una computadora que permanece encendida todo el tiempo representa una pérdida de 15 dólares al mes en promedio; la memoria, el disco y el procesador se mantienen funcionando y eso gasta energía, de acuerdo con un estudio del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, en Estados Unidos.

Los equipos de cómputo, muebles, y maquinaria que no son necesarios para la realización de las actividades principales de la empresa representan una pérdida de recursos e incremento en los gastos de operación. "Es un ladrón silencioso del cual se puede prescindir", advierte Mario Rizo.

Entre los enemigos silenciosos, uno de los más sutiles es el "robo hormiga". Es un ladrón que llena sus bolsillos "de poco a poquito", pero ocasiona pérdidas de entre 30% y 35% en empresas de cualquier tamaño y que puede mermar hasta el 10% del inventario de las organizaciones, según estimaciones de Salles, Sáinz - Grant Thornton. Este delito corre a cargo de los propios trabajadores, visitantes o proveedores, lo que dificulta su detección oportuna.

Una estrategia para evitar esa situación, en opinión de Rizo, es fortalecer el control de los inventarios y activos físicos a través de acciones como instalar cámaras de circuito cerrado, manejar áreas restringidas, contar con políticas de inspección, utilizar sellos de seguridad, manejar perfil de los empleados y tener personal de seguridad en áreas susceptibles al robo.

El mayor enemigo de la empresa es ignorar los cambios en las necesidades y expectativas de su mercado.

"Se disfraza de tradición, pero en realidad es un temor al cambio y la opción de quedarse en una zona de comodidad". Esto se convierte más tarde en empleados insatisfechos o que otra empresa supere en resultados por la incapacidad para simplificar o innovar en las funciones realizadas, apunta Rizo.

Autora: Ivonne Vargas Hernández - Ciudad de México