Pensar en procesos, esa es la cuestión
Hace unos meses empezamos a trabajar en el ajuste de los procesos internos de OMK y Omikron para certificar ISO 9001. Como primer paso nos acercamos al Laboratorio de Calidad del Polo Tecnológico de Rosario, dónde encontramos un apoyo completo. En lo profesional, porque nos guían y acompañan en cada paso, brindándonos conocimiento, herramientas y capacitación. Económico, porque cuentan con una Unidad de Vinculación Tecnológica que gestiona subsidios para sus socios y les hacen más accesible este “traumático” camino hacia una gestión más eficiente.
Y digo “traumático” porque quien piensa que certificar es un proceso simple, se equivoca muchísimo. Desde que comenzamos a trabajar tuvimos que dedicarle recursos internos y tiempo, mucho tiempo. Sobre todo de los directores, porque no existe proceso exitoso sin un fuerte apoyo de la cabeza de la organización. Quienes estamos a cargo de la empresa debimos tomar conciencia de que el esfuerzo nos conduciría a un estado más productivo y eficiente, pero que no se haría solo, necesitaba de nuestra presencia constante.
Recién una vez que asumimos este compromiso lo pudimos transmitir a todas las personas que componen la organización. Como sabrán quienes ya pasaron por esto, también es un tema delicado. En principio para las personas de la empresa este cambio representa mayor carga laboral o, como mínimo, una modificación de sus hábitos diarios. Sólo con el correr de los días y las semanas van comprendiendo que el nuevo sistema trae un orden interno que genera un ambiente de trabajo de mucha más calidad, en el que su desempeño se vuelve más claro y provechoso.
Llevamos todavía poco tiempo. Seguiré escribiendo sobre los avances. Pero ya puedo aventurar que estoy viviendo una organización mejor y que la certificación, con la ardua reconversión interna que acarrea, una vez establecida será una de esas decisiones sobre las que uno dice: “¡Cómo no lo hice antes!”. Pensar en procesos, esa es la cuestión.