Teoría del espejo para las comunicaciones interpersonales

Algo importante y de mucha utilidad en cualquier organización es la capacidad comunicativa interna y externa; ya sea verbal, visual o escrita; ya sea partiendo de los mandos más altos de la organización o de los mandos más bajos; siendo muy importante la circulación de la comunicación, de cómo se logra y se busca.
Pero en esta oportunidad sólo voy a tratar aspectos comunicativos interpersonales, basados en la capacidad de poder comunicar “no importa qué”, ya que nos basaremos en una teoría que intenta poder llegar más allá de lo que se conoce, partiendo de lo que es importante y no siempre se tiene en cuenta en los procesos comunicativos básicos y muy conocidos de la comunicación.

Por lo tanto en mi búsqueda de encontrar una mejor explicación de los procesos comunicativos he llegado a una serie de dichos que se han convertido con el paso del tiempo en lo que denomino: “Teoría del Espejo – para las Comunicaciones Interpersonales”.

La misma consiste en visualizar de manera virtual la idea de que hay entre el Emisor y el Receptor de cualquier tipo de comunicación un simple espejo. Este simple objeto reflector nos tiene que dar la idea de que entre medio de estos (Emisor y Receptor) hay una simple imagen reflejada, la de nosotros mismos, la de nuestros gestos, la de nuestros movimientos que reflejan lo que dentro de cada uno de nosotros sentimos, pensamos y queremos, ya sea lograr o decir.

Entonces podemos seguir analizando lo que sucederá con este simple reflejo, diciendo que de ninguna manera el otro puede ver más de lo que nos limitaremos a reflejar y no puede ver más de lo que nos limitamos a decir.

Dejando explicito que no puede sentir lo que cada uno siente y no puede escuchar ni interpretar lo que cada uno piensa. Este espejo nos separa de manera muy considerable de nuestra realidad comunicativa.

Siendo muy importante entender cual es la mejor manera de que el Receptor pueda interpretar la mayor cantidad de sentimientos, pensamientos y contenido comunicativo es que entendamos que existe este espejo que nos separa tan considerablemente, obligándonos a tener que detallar más aún lo que queramos comunicar, explicándolo hasta llegar a detallar realmente lo que pensemos y sentimos.

Es importante entender que si logramos llegar a trasmitir lo mismo que pensemos y sentimos, es llegar a reflejar todo de tal forma que nuestro Receptor interpretará y reflejará las respuestas que hemos estado buscando.

Pero no menos importante es entender que tenemos también la obligación de ser objeto de escucha y de dejar que nuestro Emisor intente comunicar todos sus reflejos para intentar interpretar de manera exacta lo que nos quiere comunicar.

Es muy importante aceptar el hecho tan sano de poder comunicar y escuchar, de leer y preguntar lo que no entendemos, el ser claros, prolijos, e intentar utilizar la mayor cantidad de matices y herramientas lingüísticas para embellecer nuestra comunicación y ser capaces entonces de llevar en imágenes lo que pensemos, así como usar las herramientas del tacto y espacio para dejar a nuestro Receptor en el lugar que consideremos debe estar; de ser posible que pueda oír en sus ideas lo que intentemos comunicar que oiga. Eso es la comunicación verdadera y sana.

Sin más que decir los invito a empezar a dejar en nuestra distancia tan cercana, así sea la distancia que está entre muestro destinatario y la nota que le hemos escrito o la distancia que hay en entre nosotros y nuestro Receptor, un simple espejo.

Y por que no, sentarnos a pensar un momento cuantas imágenes hay de nosotros mismos al comunicarnos si está entre nosotros este reflejo, y lo que este nos revela de nuestro relacionamiento que tenemos con el mundo.

Y lo más importante… nunca dejar de comunicar.

Autor: Marcelo Martinez Girardelli - Funcionario Administrativo del Instituto de Perfeccionamiento y Estudios Superiores Estudiante de la Lic. en Administración de la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración de la Universidad de La República. Uruguay.