Una lección del golf aplicada a los negocios

 ¿Te has encontrado en situaciones en las que crees estar haciendo todo lo necesario, pero aun así, no obtienes el resultado que buscas? Hay momentos en los que parece que no podemos encontrar el camino a las soluciones y eso comienza a desmotivarnos. Sabemos qué queremos, pero no encontramos el cómo. Pues, ¡ánimo!, probablemente no te encuentres tan distante de tu logro. Tal vez, todo lo que necesites hacer sea ajustar tu enfoque dos milímetros, como lo aprendí yo jugando al golf…

¿Has observado cómo pequeñas diferencias en un proceso pueden producir resultados dramáticamente diferentes? Por ejemplo, aprendiendo a jugar al golf, me frustré enorme cantidad de veces porque mis tiros salían muy desviados. Pese a haber estudiado cuidadosamente mi técnica, no parecía poder hacer hoyo. Mis tiros invariablemente salían muy, muy desviados. Hasta que un día, alguien se me acercó y me dijo “¡Realmente, lo haces muy bien!”. “¿Muy bien?”, le dije, “¡esta pelotita va a dar a cientos de metros de distancia de donde quiero!”. “Si”, me dijo, “Lo haces perfecto. Sólo necesitas ajustar dos milímetros el lugar en donde pegas a la pelota”. Así lo hice. Igual que como lo había hecho hasta el momento, pero con un ajuste de unos dos milímetros. ¡Mi éxito fue rotundo! Dos milímetros de diferencia en el golpe, produjeron cientos de metros de diferencia en el destino.

“Dos milímetros” de diferencia en tu enfoque hoy, producen una dramática diferencia en tu destino. A menudo las personas nos frustramos al no obtener lo que queremos, y pronto comenzamos a pensar que estamos haciéndolo mal. Comenzamos a obsesionarnos pensando “¿cómo puedo resolverlo?”, “¿qué estoy haciendo mal?”, “¿por qué no funciona?”, “¿cómo puedo resolverlo?”, “¿qué estoy haciendo mal?”, “¿por qué no funciona?”, “¿cómo puedo resolverlo?”, “¿qué estoy haciendo mal?”, “¿por qué no funciona?”. Y tal vez ahora puedas ver con perspectiva por qué no funciona… Porque simplemente estamos enfocados en la dificultad, haciendo preguntas que no nos permiten crear una respuesta efectiva. Y, generalmente, no estamos haciéndolo todo mal. Generalmente, sólo es necesario ajustar un poco el enfoque. Un pequeño cambio de “dos milímetros” en la aproximación al tema que nos preocupa, cambiaría rotundamente el destino que crearíamos para nosotros mismos.

Así que te invito a pensar, ¿qué pequeño cambio podrías hacer respecto a ese asunto en el que no obtienes el resultado que quieres? ¿Cómo podrías ajustar tu enfoque un par de milímetros y producir un resultado dramáticamente diferente? Y te invito también a hacer ese cambio. Un pequeño cambio en tu aproximación, como cambiar tu actitud hacia el asunto, o pensarlo desde un nuevo ángulo, o no pensar tanto en ello. Pequeños cambios en lugares estratégicos pueden producir enormes resultados positivos. Ajusta dos milímetros, y observa qué sucede.

Ahora, ¿qué tal si, al igual que yo con el golf, no sabes qué cambio realizar? Mi recomendación es hacer lo mismo que funcionó para mí en aquella ocasión: consulta a alguien experto. Perdí mucho tiempo intentando mejorar mi tiro. Pero más que el tiempo, lo que pesó fue la frustración que viví durante semanas, pensando que era una pésima jugadora y que nunca podría hacerlo bien. Cuando me abrí a la posibilidad de que alguien más experto me ofreciera su asistencia, alcancé mi logro casi instantáneamente. ¿Magia? No, simplemente experiencia y perspectiva. Eso era lo que tenía esta persona: experiencia y perspectiva. Y eso me ahorro a mí, horas de frustración y fracaso. Haz lo mismo respecto a tu asunto, solicita la asistencia de alguien que tenga experiencia y perspectiva en el tema. Te permitirá avanzar rápidamente hacia tu logro, indicándote cuáles son los dos milímetros que necesitas ajustar.